No me miró. Obviamente si me hubiese mirado me hubiera hecho
el desentendido [weón]
Además, nadie asegurar que él tuviera interés en alguien
como yo… “equis de”
Escuche una moto. Típico de los que tienen el “síndrome de la
moto nueva”: hacerla sonar lo más fuerte que pueden. No preste atención, no me
atraían las motos. Seguí caminando por Ricardo Lyon hacia Providencia. Me di
cuenta de que la dichosa moto doblaba
por la calle que estaba frente a mí. Observé dos veces: primero fue la moto;
negra, estilo carreras, las únicas motos por las que me sentía… siento atraído.
Después, quien conducía; de unos veinte-tantos menos de veinticinco, blue
jeans, polera negra, brazos ejercitados y casco del mismo color de la moto.
Me sorprendí, pero aun así seguí mi camino. Hice lo que
debía hacer y cuando volvía a mi hogar me encontré con el mismo joven de negro
en su moto nueva, pero esta vez él estaba estacionado, sin casco y hablando por
celular; esperando, sin duda, a su cita afuera del edificio. No pude despegar
mis ojos de él. Más que nada por su pelo castaño claro, mirada interesante, piel blanca un tanto
tostada por el sol y no solo brazos, él estaba bien ejercitado.
Y con hombres como él… ¿a quien no le dan ganas de comprarse
una moto o ser la moto de hombres así?