… Me quite la mascara para revelar mi verdadero yo. Él, hizo
lo mismo casi al unísono. Al vernos supimos que estábamos destinados a
conocernos. Al conocer nuestras almas sabíamos que nada nos podría separar.
Si me paro, la gente pensará que estoy lista… y la verdad es
que no lo estoy. En cambio, si no lo hago, de seguro estaré en esta silla por
lo que queda del baile. Ni pensarlo. Prefiero hacerles creer que estoy lista a
quedarme más tiempo aquí.
Decisión tomada, me paro a la cuenta de tres: uno- alguien se
esta acercando-, dos- debajo de la mascara no puedo siquiera saber si es guapo
o no-, tres- me paro. Independiente si quiere o no bailar conmigo-, cuatro-
parada y el joven aquel se acerca indudablemente hacia mí-, cinco- puedo
distinguir mejor el tipo de hombre que esta delante mío-, seis- rubio un poco
más alto que yo. A través de la mascara puedo divisar sus pardos ojos-, siete-
se ve impecable en ese esmoquin de corbata y una rosa blanca en su solapa-,
ocho- me toma la mano con un suave movimiento-, nueve-mi corazón comienza a
palpitar mientras el extraño dice: me gusta como tu cabello contrarresta con tu
vestido blanco-.
Diez…
Once: Al construir el castillo, los ladrillos cedieron.
Diez…
Once: Al construir el castillo, los ladrillos cedieron.
La Valse D’Amelie
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