Me encontraba en el metro. Venia con un grupo grande de
personas, compañeros de una practica de deporte o algo por el estilo. Abandoné
a la mayoría del grupo en la boletería, dos tomaban la misma dirección. Al
subir al metro comenzamos a hablar de la vida.
Hasta que llego el momento de despedirme. “Bueno aquí me bajo”. “Está
bien” dijo uno y nos despedimos con un apretón de manos
Al momento de despedirme del segundo sujeto dude un poco
pero no tenia mucho tiempo, ya que, como saben, las puertas se cierran generalmente
después de unos segundos. Lo miré me extendió la mano y yo le dije “Esta es
probablemente la última vez que te vea y quiero que sepas que eres muy lindo”.Y
lo era. No se sorprendió. Pero si se sorprendió cuando en vez de estrechar su
mano lo besé hasta un poco después del aviso de cierre de puertas. Al salir del tren el primero me miró con
celos. El besado solo atinó a mirar su bolso y yo salí con una sonrisa en mi
cara.
Continué mi camino hacia la combinación. Estaba
relativamente vacío el andén. Llego el tren, subí y unos segundos después sube
él, Vicente. Nos saludamos como dos amigos que se encuentran casualmente. Comenzamos
a hablar, hasta que me acerco a él, lo abrazo y me responde, lo beso y vuelve a
responder, con amor como si aún estuviéramos juntos y nada hubiese pasado...
Sé que el sueño tenía que seguir, pero no fue así.
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